viernes, 18 de julio de 2014

Historia del Ajefismo

El ajefismo fue ideado y creado en cuba por el Francmasón Don Fernando Suárez Núñez, hombre que ejerció la herrería como profesión y nació el día 7 de Mayo del año 1882, en el poblado de Guanajay (antiguamente provincia de Pinar del Rio y actualmente provincia de la Habana, Cuba) y falleció a los 64 años de edad, el día 24 de Enero de 1946, en la Habana.


Este Masón Idealista logra establecer el 9 de Febrero de 1936 la primera logia ajefista a la que nombró “Esperanza” iniciando a 82 jóvenes en el salón de actos de la Gran Logia “de la Isla de Cuba” hoy llamada Gran Logia “de Cuba”. Esta logia ajefista sin ser masónica se regía por principios masónicos y buscaba fomentar el desarrollo físico, intelectual y moral en la juventud cubana, para que guiados por estos principios, los jóvenes de aquella institución laboraran en bien de su patria y de la humanidad.

La Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad logró expandirse rápidamente y para el año de 1939 esta agrupación contaba con más de 5,000 miembros en Cuba. Fue durante ese apogeo que el beisbolista cubano y Masón, Martín Dihígo en uno de sus varios viajes al puerto de Veracruz siembra la idea entre los masones porteños de importar la  práctica del ajefismo a nuestra nación.

Esta idea fue materializada ese mismo año por la Gran Comisión Especial Organizadora de Logias Ajef de la Gran Logia “Valle de México” gracias al establecimiento de la primera Logia Ajef mexicana, llamada “Fernando Suarez Nuñez” en honor al creador del ajefismo cubano.
Pero el Masón beisbolista Martín Dihígo no paró ahí, puesto que también influyó en la formación de nuevos cuerpos ajefistas en Campeche, Chiapas y Tabasco.


En el año de 1940 el Francmasón Mexicano Juan Pérez y Abreu de la Torre, le da nueva forma al ajefismo introduciendo un método mnemotécnico dándole orden al conocimiento ajefista de tal manera  que facilitó su aprendizaje y enseñanza.

En la época actual el ajefismo se encuentra esparcido en diversas entidades de nuestra nación, además de ser practicado principalmente en los países latinoamericanos.


“Hombres haga quien quiera hacer pueblos”  (José Martí)